La huella cultural
Analizaremos la impronta que han dejado las diferentes civilizaciones que han poblado nuestro territorio, desde los íberos hasta nuestros días.
Cerro Fortaleza en Fuente-Álamo
Definimos cultura como el conjunto de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social. El concepto está estrechamente ligado al de patrimonio. En la comarca existen varios ejemplos de esta huellas que fueron dejando nuestros vecinos a lo largo de la historia y que han llegado hasta nosotros con forma de puentes, torres o tradiciones. Un legado que hemos de conocer y conservar.
Cerros Fortaleza, Mainetico y Mainetón
Los primeros núcleos de población de Fuente-Álamo se localizaron en las montañas del término, aprovechando cuevas y abrigos naturales en la roca, o en pequeñas edificaciones frágiles. Se han encontrado restos de asentamientos neolíticos en los cerros del Mainetico y el Mainetón y Fortaleza. En este último, además, se han hallado restos celtíberos y romanos.
Lavaderos de Albatana y Ontur
Los lavaderos, además de la principal función que era la de lavar la ropa y ciertos utensilios de cocina, tenían un importante factor social ya que allí se reunían las mujeres para hablar y comentar cualquier noticia o acontecimiento que ocurría en el pueblo o en los alrededores.
Lavadero de Albatana
Y es en lugares como éste donde nacieron expresiones como ‘lavar los trapos sucios’ en relación a criticar a otras personas o la de ‘hay ropa tendida’ como aviso de que no se podía hablar delante de ciertas personas.
El lavadero de Albatana está situado en el paraje de la Venta, a las afueras de la población. Es uno de los edificios históricos más significativos. Su construcción data del primer cuarto del siglo XX. Se trata de un edificio de nave rectangular abierta por uno de sus extremos. Se ilumina por tres ventanas que se distribuyen en una de las paredes longitudinales. Es interesante la armadura formada por parejas de vigas dispuestas de manera oblicua que se apoyan en la viga horizontal superior que recibe el nombre de hilera. El techo se cubre con teja árabe.
El lavadero de Ontur está al norte de la población, a poco más de 1 km. Desde mediados del siglo XIX, los vecinos intentaron canalizar las aguas potables —captadas en las cercanas fuentes del Madroño— para llevarlas a la población, aunque hasta un siglo después no se dispondría de agua corriente en las viviendas. Hasta entonces para lavar la ropa se aprovechaban las aguas de riego, para lo cual se construyó un lavadero que fue destruido en julio de 1906 por una riada que afectó a la totalidad de la huerta. En agosto de 1929 el Ayuntamiento acordó construir el nuevo lavadero. El edificio consta de una nave con tejado a dos aguas.
Acueducto de Albatana
También llamado acueducto del Molino de Arriba, recoge las aguas de una fuente situada a un kilómetro entre el camino de Albatana y el de Tobarra, concretamente en Santiago de Mora.
El acueducto mide unos a 180 metros. Su altura, con una pendiente del 0,5%, oscila entre 1,68 m y 2,55 m. Se trata de una obra de ingeniería formada por hileras de sillares regulares de caliza y biocalcarenita unidas por cemento con base de cal, arena y restos de teja. Estas se disponen en pilares sobre los que se sustentan 61 arcos escarzanos o rebajados. La poca calidad de los materiales los hace muy sensibles a la erosión que se puede apreciar de manera muy evidente en distintos puntos.
Castellar de Sierra
Se sitúa entre las pedanías tobarreñas de Sierra y Cordovilla. Se trata de una fortaleza hispano-musulmana que aún conserva su torre principal, fabricada con tapial, así como aljibes para el almacenamiento de agua y restos de lienzos de murallas y viviendas. Se erige a 714 metros de altitud en lo alto de una cresta rocosa.
Su decadencia comenzó en torno al siglo XIII cuando se despobló el asentamiento. Hay testimonios de que al menos otra torre aguantó en pie en este mismo recinto hasta finales del siglo XIX. Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico
Castellar de Sierra
Los Puentes de Isso
La construcción de los puentes de Isso está ligada a la necesidad de salvar el río Mundo ante dificultad de vadearlo en épocas en que este llevara un caudal considerable. Esto agilizaría la comunicación de esta comarca con la Sierra de Segura y Andalucía.
En la relación enviada a Felipe II en 1576 se da cuenta de “que en los términos de esta villa de Hellín solamente hay un puente en el río el Mundo… que está a la parte de poniente”. De aquel puente serían los restos situados a un kilómetro aguas abajo del actual trazado de la carretera y frente a las ruinas del Molino Falcón. Solo se conserva un arco —en la margen derecha— de los tres que pudo tener.
El puente que está a doscientos metros aguas arriba de aquel tiene dos grandes ojos y un tercero menor, que queda al margen del caudal, quizás de reserva para las épocas de crecida. Su longitud aproximada es de 35 metros y su anchura de 4 metros. Los arcos de mayores dimensiones son de medio punto con 36 dovelas visibles sobre el limo del río. La construcción es de cantería con sillares de piedra biocalcarenita, muy usada en esta comarca. Entre los dos huecos mayores hay dos tajamares, uno a cada lado. Estos elementos, que defienden la obra de la corriente del río, hacen pensar que este puente es del siglo XVIII. La calzada sobre el puente esta protegida por pretiles. El pavimento es de cantos rodados y argamasa. Este segundo puente estuvo en servicio hasta el trazado de la carretera actual en la década de 1860.
Muñecas de Ontur
Las llamadas Muñecas de Ontur se hallaron en 1946 en un enterramiento infantil de una necrópolis de época romana. Posiblemente se depositaron en la tumba para servir a su propietario de compañía en el más allá. En total son cinco muñecas articuladas, sexuadas y desnudas, cuatro de marfil y una de ámbar, ejemplar único. Su cronología puede establecerse mediante la identificación de los peinados de dos de ellas, propios de comienzos del siglo IV d. C. Otro elemento de datación son los escarpines de una de las muñecas, calzado muy usado en aquel periodo.
Las muñecas, articuladas mediante muescas y espigas —a excepción de un ejemplar rígido que se conserva íntegro— aparecieron incompletas. Su tamaño varía entre los 16,5 y los 25,5 cm.
Los originales se encuentran en el Museo Provincial de Albacete, aunque el ayuntamiento de la localidad cuenta con réplicas en el vestíbulo y en la rotonda de la circunvalación se ha levantado un monumento que representa las piezas a gran tamaño.
La Semana Santa de Tobarra se caracteriza por el constante sonido del tambor, que irrumpe el Miércoles Santo y ya no cesa hasta el Domingo de Resurrección. Este redoblar de tambores invade el pueblo durante 104 horas, lo que la convierten en la tamborada más larga del mundo. Está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
En la tamborada hellinera más de 20000 personas de todas las edades redoblan sus tambores por las calles de la ciudad, ataviados con túnica negra y pañuelo rojo o negro al cuello. La primera toma de contacto con el tambor tiene lugar el Viernes de Dolores; las tamboradas se desarrollan durante la tarde del Miércoles Santo —hasta la recogida de la procesión de la Oración del Huerto— y las noches de Jueves Santo y Sábado de Gloria, —hasta la finalización de las procesiones del Calvario y del Resucitado, respectivamente—. La Semana Santa de Hellín está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Agramón se ha convertido en la primera pedanía de un municipio castellano-manchego en obtener la distinción de Fiesta de Interés Turístico Regional. Los apenas 800 habitantes del pueblo se entregan con devoción en todos los actos de su Semana Santa y tamborada.
Tamborileros de Agramón - Zcophoto
La cultura del vino en Fuente-Álamo
Del 8 al 12 de octubre se celebran las fiestas patronales de Fuente-Álamo, en honor al patrón san Dionisio Areopagita. Los festejos se inician con la tradicional pisa de la uva en cubas de madera, ofreciendo el caldo resultante al santo. Continúan de una exhibición de bailes regionales y completan el programa una gran variedad de actos culturales y festivos para todos los públicos.
La vid —junto con el olivo— es la base de la economía de Fuente-Álamo. Las tareas de cultivo, recolección y transformación de la uva generan en esta localidad gran cantidad de jornales y empleos directos e indirectos.
Aunque actualmente la mayoría de estos trabajos han alcanzado alto grado de modernización con la incorporación de maquinaria especializada y herramientas más adecuadas, vemos en estas fiestas un reconocimiento a la labor viticultora tradicional, cuyo proceso relataba Dionisia Gómez Sánchez en El habla y las tradiciones populares de Fuente Álamo: Desde muy antiguo, se reunía la familia en los meses de septiembre y octubre y se iban a la viña con carros y mulas. La uva se cortaba con honcetes —pequeños instrumentos con forma de hoz que ahora han sido sustituidos por las tijeras de vendimiar— y se echaba en capazos de pleita — material en que quedaba transformado el esparto tras su manufactura—. Después se transportaba en el carro en capazos o bien se vertía en una lona para evitar que se derramara el mosto. Se llevaba a las distintas bodegas particulares de la localidad.
Bailes regionales frente a la Iglesia de San Dionisio Areopagita