Los primeros pobladores
A través de la arqueología conoceremos quiénes fueron y de dónde vinieron los primeros hombres que se establecieron en la comarca.
Basílica del Tolmo de Minateda
La comarca ha sido desde siempre —y lo sigue siendo— un lugar de paso. Una encrucijada de caminos desde el sur y levante hacia el centro peninsular y lo que hoy es Andalucía. Caminos que sirvieron para el transporte de mercancías desde o hacia puertos no muy lejanos, pero que también facilitaron la llegada de numerosos ejércitos a lo largo de la historia. Muchos de aquellos viajeros, comerciantes, guerreros y exploradores decidieron establecerse es estas latitudes, quizás por la abundancia de agua o por lo benigno del clima.
Numerosos vestigios hallados en todo el territorio dan fe de ello. Abrigos y cuevas con pinturas rupestres, restos de asentamientos íberos o romanos, eremitorios excavados en la roca y hasta una ciudad abandonada hace siglos son solo algunos ejemplos de la huella de nuestros antepasados en la comarca.
Yacimientos arqueológicos y Arte Rupestre
Abrigo Grande de Minateda
El Abrigo Grande de Minateda es uno de los yacimientos de arte rupestre más importantes de la península. Se trata de una pequeña cavidad de unos 20 metros de anchura y 4 de altura en la que se conservan unas 600 imágenes pintadas sobre el panel de roca. Fueron descubiertasa principios de 1914 por Juan Jiménez Llamas, que trabajaba a las órdenes de Federico de Motos, apasionado de la arqueología y colaborador en el sudeste de la península del abate Henri Breuil.
La mayor parte de estas figuras forman parte del denominado arte levantino, un estilo pictórico que se distribuye por gran parte de la mitad oriental de la península ibérica y se caracteriza por la representación estilizada de seres humanos y animales con una actitud narrativa, mostrándose estas figuras en escenas de caza, lucha, danza o situaciones de la vida cotidiana. Se identifican caballos y toros de grandes dimensiones y una multitud de cabras y ciervos. Destaca el gran toro situado en la parte baja del panel, la alineación de caballos de la parte superior, el grupo de arqueros con relleno listado que parecen participar en una escena de lucha, un rebaño de cabras que camina en fila india o la mujer que lleva de la mano a un niño o una niña.
Calco del Abrigo Grande de Minateda - UNED
También hay varias figuras esquemáticas que se reducen a pocos trazos. Sobre su datación hay varias corrientes, aunque todas las investigaciones las sitúan en un periodo post-palelítico (hace unos 8000 años).
La pintura se aplicaba con plumas, con pinceles realizados con ramitas e incluso directamente con las manos. Se utilizó el óxido de hierro como pigmento, mezclado con algún aglutinante de origen vegetal o animal.
El Tolmo de Minateda
El Tolmo de Minateda constituye el conjunto arqueológico más importante de la provincia de Albacete, siendo uno de los cinco parques arqueológicos de Castilla-La Mancha. Se sitúa al sur de Hellín, cerca de la pedanía de Minateda y junto al arroyo de Tobarra.
Es un espectacular peñasco cuya localización y altura le conferían un valor estratégico para controlar los caminos entre Albacete, Murcia y Alicante. Este peñón fue un lugar elegido por diferentes grupos humanos para llevar a cabo sus asentamientos desde la Edad del Bronce, hace unos 3500 años, convirtiéndolo, siglos más tarde, en un importante asentamiento de época ibérica, un municipio romano, una ciudad visigoda y, por último, una notable medina de época emiral.
Basílica y Palacio Episcopal de época visigoda
Los diferentes asentamientos fueron dejando las huellas de su paso, con mayor o menor intensidad, hasta finales del siglo IX o principios del siglo X d.c. Esas huellas, que comenzaron a salir a la luz con los proyectos de investigación arqueológica son las que hoy se pueden visitar.
Murallas, viviendas, un conjunto religioso visigodo compuesto por varios edificios, almazaras, necrópolis y cementerios, canteras, aljibes y pozos, viviendas rupestres son algunos de los elementos descubiertos que ahora forman parte de los recorridos interpretativos.
Aunque hay noticias escritas desde el siglo XVI de que en este lugar existían vestigios de antiguos asentamientos, y hoy sabemos que se realizaron excavaciones a finales del siglo XIX, no es hasta 1942 cuando se realizan los primeros trabajos reglados. En otoño de 1987, unas lluvias torrenciales dejaban al descubierto partes de una inscripción monumental de época romana, hecho que propició el inicio de un proyecto de investigación del Museo de Albacete y la Universidad de Alicante, que hoy, treinta años después, todavía continúa.
Aquellos trabajos que comenzaron con el ánimo de conocer el pasado de un asentamiento, que en principio pertenecía a época romana, se han convertido, tres décadas más tarde, en un proyecto de investigación puntero no solo en el conocimiento de la cultura romana, sino también de la prehistoria reciente, la época protohistórica y, sobre todo, el altomedievo. Un proyecto que tiene como ejes fundamentales el conocimiento histórico, la formación de profesionales, y la divulgación de nuestro pasado.
Cueva de la Camareta
La cueva de la Camareta se localiza en la zona del embalse de Camarillas, ubicada en una ladera, tallada sobre un farallón rocoso, próxima a las localidades de Las Minas y Agramón, en el término municipal de Hellín, paraje conocido como el Tesorico.
La cueva, inaccesible a día de hoy debido a las aguas del pantano y la acción humana, presentaba una entrada monumental que daba lugar a tres estancias talladas en la roca, con una orientación predominante este-oeste. En la entrada se halla la dependencia principal, siendo la mayor, de planta irregular y con una columna tallada, también presenta el techo cupulado, desde aquí convergen las restantes, es irregular y con una columna tallada.
Sus paredes muestran inscripciones visigodas e hispanomusulmanas referentes generalmente a temas religiosos, aunque las inscripciones más antiguas están realizadas con caracteres ibéricos junto a unos caballos de muy buena factura.
La época en que podemos situarla cronológicamente es el siglo I de nuestra era, con especial profusión de inscripciones entre el siglo IV y VII, que unida a los orígenes del cristianismo pudo tomar la función de eremitorio. La cueva de la Camareta debió resultar conocida por los árabes desde el siglo XI, cuando se data la destrucción de la entrada monumental. Debió de ser lugar de recogimiento; muestra de ello son las numerosas inscripciones invocando a la divinidad y a su profeta Mahoma. A partir de entonces pareció abandonarse quedando simplemente como una pintoresca atracción turística para los viajeros que pasaban por las inmediaciones y querían dejar constancia de su paso allí.
Declarada Bien de Interés Cultural por la multitud de inscripciones y grafitis en sus paredes, el lugar se puede considerar como un museo de la escritura, con ejemplos que van desde el alfabeto ibérico hasta tipos gráficos contemporáneos en distintos idiomas. En este variado muestrario las inscripciones latinas aparecen repartidas por las paredes y, en ocasiones, mezcladas unas con otras, habiéndose reutilizado el espacio para más de una inscripción. Las inscripciones más recientes han ido dañando sistemática y progresivamente este enclave de un valor histórico y cultural indudable.
Es destacable además la representación de équidos, felinos, palmípedos, barcos, jinetes y otros dibujos abstractos y simbólicos.
Petroglifos del Cenajo
Los petroglifos, representaciones gráficas grabadas en rocas o piedras hechos por nuestros antepasados prehistóricos, sobre todo a partir del Neolítico, son el más cercano antecedente de los símbolos previos a la escritura.
A no muchos kilómetros de Isso, cerca de la carretera del Cenajo, se encuentran distintos grupos de estos petroglifos. El conjunto está formado por tres grupos en los que hay grabados una serie de canalillos y cazoletas, interpretados como altares o espacios sagrados desde donde se solicitarían las lluvias. Este es un santuario al aire libre, en el que hay un jalón entre montañas y un viejísimo cruce de caminos que enlazaba Férez y Socovos con el valle del río Mundo y Hellín.
Interior del eremitorio de Alborajico
El Castellón
El Castellón destaca, pese a su poca entidad, entre los terrenos llanos de cultivo que predominan en Albatana. Albergó un asentamiento íbero y tuvo, al menos, dos periodos de ocupación: Edad del Bronce (S. XIII – XI a. C.) y Edad del Hierro (S. VI-II a. C).
Durante el periodo del Bronce Pleno las construcciones son de estructuras tabuladas concéntricas y aterrazadas con una función mixta, es decir, defensiva y de hábitat. El Bronce Final determina un cambio en la ubicación topográfica del poblado y un modelo constructivo defensivo con un amurallamiento de bloques ciclópeos, con entrada formada por un pasillo rectangular que presenta una especie de barbacana en su lado derecho y una serie de pequeñas torres semicirculares distribuidas a lo largo de su desarrollo horizontal. Las viviendas son de planta rectangular.
La última fase de ocupación puede situarse entre finales del sigloVI a.c. y un momento inconcreto de la segunda mitad del siglo V a.c., respondiendo a un momento de eclosión del poblamiento ibérico antiguo en su etapa final. En los estratos superficiales se han recogido una serie de materiales que nos hablan de una utilización del cerro en torno al siglo II a.c.
El Castellón - cultura.castillalamancha.es
Eremitorio del Alborajico
El conjunto rupestre de Alborajico se ubica cronológicamente entre los siglos IV y IX. Consta de tres naves y la mayor se considera que fue probablemente una iglesia hispano visigoda. Diversos nichos y homacinas sugieren el depósito de vasos, reliquias y objetos de culto. Dos camas de piedra, con sus respectivas almohadas, custodiaban y flanqueaban un altar de lajas, hoy destruido.
Exterior del eremitorio de Alborajico
La construcción principal es un rectángulo casi perfecto de unos 25 metros de largo por 5 de ancho. Tiene una altura de poco más de 3 metros. La nave presenta una falsa cubierta a dos aguas y a lo largo de ella se aprecian hornacinas. En la cabecera se aprecian dos camas de piedra, talladas en la roca de 1,70 x 0,60 m. En el centro de la cabecera existe una especie de chimenea/tubo de ventilación excavado en la roca con un diámetro de 1 metro y que se extiende unos 9 metros hasta llegar a la superficie, siendo este el único elemento que ilumina y ventila la estancia.
La puerta es de forma trapezoidal con una altura superior a los dos metros, el sistema de cierre original sería de madera y a día de hoy se observan pequeñas hendiduras que servirían para colocar bisagras y pestillos. En la fachada y alrededor de la puerta se observan cruces grabadas en la roca y una pequeña pileta con agujero de desagüe. A unos siete metros a la derecha existe una pequeña estancia cuadrangular de unos 6 m2 con un banco corrido y lo que parecen ser pesebres.
Fuente de Isso
Al noreste de Isso y cerca del nacimiento de la Fuente se encuentra uno de los yacimientos clave para entender el final del Neolítico en Albacete. El manantial natural ha atraído a los pobladores desde Edad de Piedra, según las armas de caza elaboradas con cuarcitas encontradas en el cercano yacimiento del Pedernaloso.
El yacimiento, cuya ocupación está datada entre el 5000 y el 2800 a. C., muestra los patrones de explotación del territorio desde la aparición de las primeras comunidades neolíticas, ubicadas principalmente en las zonas de serranía, hasta la consolidación del modo de vida agropecuario, representado por la generalización de los asentamientos estables en llanura. El abandono del poblado se produjo en el tránsito entre el IV y el III milenio a. C.
Villa de Zama
Durante la época romana las villas se construyeron siguiendo las recomendaciones, en cuanto a disposición y orientación, de los agrónomos latinos —normalmente junto a algún curso fluvial o manantial y próximas a alguna vía de comunicación—. El territorio fértil del arroyo de Tobarra cerca de su confluencia con el río Mundo, así como la calzada existente entre Carthago Nova y Complutum, eje que marcó la principal actividad económica de la región, favorecieron la aparición de villas como la de Zama. Disponía de una gran balsa y abundantes estructuras. Su economía se basaba en la explotación agrícola (cereales y vid) y ganadera.
Balsa de Zama
El Tesorico
Se trata de un poblado íbero situado en un promontorio contiguo al de la Cueva de la Camaeta. Tiene una necrópolis en su base oriental que ha sido gravemente deteriorada por la acción erosiva de las aguas del pantano de Camarillas y sometida al expolio de furtivos, quedando reducida a un solo enterramiento. Según los restos de cerámica recuperados, su ocupación abarcó desde mediados del siglo IV a.c. hasta el siglo II a.c.
Paraje del Tesorico en el embalse de Camarillas
Las Eras
Aunque la existencia de un yacimiento en esta zona de Ontur se conocía desde el siglo XVIII a través de las Relaciones topográficas de Felipe II, según la cual “… en un espacio de bastante distancia se encuentran muchos zimientos, y especialmente en el Cerro que llaman de la horca se encuentran tambien muchos sepulcros, y huesamentas…”; no sería hasta principios de la década de 1940 cuando durante la construcción de unas viviendas sociales en el barrio de las Eras se produjo el hallazgo de esta necrópolis.Las excavaciones se iniciaron en 1943. Entre los primeros restos hallados se encontraba tumbas pertenecientes a distintas épocas. Entre ellas la de una persona de baja estatura, posiblemente de un niño o adolescente al que le faltaban los huesos de los pies, tal vez por una amputación que le ocasionó la muerte. Entre el ajuar recuperados se encuentran cinco muñecas romanas —cuatro de hueso y una de ámbar—, fechadas a fines del siglo III o en el IV d. C.En 1946 se hallaron varios fragmentos pertenecientes a dos sarcófagos de mármol con escenas esculpidas en altorrelieve para ser vistas en el interior de un mausoleo, también fechados entre los siglos III y IV d. C.
Muñecas de Ontur en el Museo de Albacete - Wikipedia